Caminando por un sendero de servicio

El primer libro de la secuencia de cursos se ocupa principalmente de la cuestión de la identidad. ¿Cuál es la verdadera identidad del «yo» en la frase «yo camino por un sendero de servicio»? En el libro se exploran tres aspectos de la identidad individual: «La realidad de mi existencia es mi alma, que pasa por este mundo para adquirir los atributos que necesita para un viaje eterno y glorioso hacia Dios. Mis momentos más valiosos son los que paso en comunión con Dios, porque la oración es el alimento diario que mi alma debe recibir para lograr tan exaltado propósito. Una de mis preocupaciones principales en esta vida es estudiar los Escritos Sagrados, esforzarme por aumentar mi comprensión de las enseñanzas divinas y aprender a aplicarlas diariamente a mi propia vida y a la vida de la comunidad». El libro está compuesto por las unidades «Comprensión de los Escritos bahá’ís», «La oración» y «La vida y la muerte». Alienta a quienes lo estudian a dar su primer paso en el sendero de servicio como anfitriones de una reunión de oración y adoración en sus hogares.

El Libro 2 de la secuencia principal considera el significado de caminar por un sendero de servicio. Consiste en tres unidades. La primera explora la naturaleza de la alegría que se deriva del servicio a los demás, mientras que las dos siguientes se centran en el conocimiento, las habilidades y las cualidades necesarias para entablar conversaciones edificantes para la mente y el espíritu. La habilidad de elevar las conversaciones diarias al introducir principios espirituales, cuando la situación lo amerite, se trata en la segunda unidad. La tercera, entonces, pasa a considerar la vida comunitaria. Visitar a amigos y vecinos en sus hogares para discutir temas centrales para la existencia social y espiritual —el segundo acto de servicio que se promueve en la secuencia principal— fortalece los lazos de unidad y camaradería, tan esenciales para la vida colectiva. Las tres unidades se titulan: «La alegría de enseñar», «Conversaciones edificantes» y «Temas de profundización».

El tercer acto de servicio que promueve el Instituto Ruhí es en el área de la educación espiritual de los niños. La educación de los niños es esencial para la transformación de la sociedad. El Libro 3 se centra en el conocimiento, las destrezas y las cualidades que requieren quienes desean entrar en este ámbito tan importante de servicio. Consta de dos unidades: «Algunos principios de la educación bahá’í» y «Lecciones para el primer grado de clases para niños». La primera unidad examina algunos principios y conceptos inherentes a la educación desde un punto de vista bahá’í. También plantea cómo un maestro puede manejar una clase con un alto nivel de amor y comprensión y, al mismo tiempo, con la disciplina que se requiere para crear un ambiente apropiado de aprendizaje. La segunda unidad ofrece un conjunto de veinticuatro lecciones que buscan fomentar el desarrollo de cualidades espirituales en los niños pequeños, como la honradez, la generosidad y la confiabilidad. También se incluye material de preparación para maestros.

El Libro 4 de la secuencia principal retoma el tema de la identidad bahá’í, es decir, el «yo» del enunciado «yo camino por un sendero de servicio». La historia moldea mucho la identidad de los individuos, así como la de pueblos enteros. La segunda y tercera unidades del libro se dedican al estudio de la historia de la vida de Bahá’u’lláh, el Autor de la Fe bahá’í, y de Su Precursor, el Báb. En la primera unidad se trata brevemente el significado de este Día. El ver claramente los elementos que caracterizan el pasado permite a las personas contribuir de manera más efectiva a moldear el futuro.

Este libro tiene un lugar especial en la secuencia del Instituto Ruhí. De acuerdo con las Enseñanzas bahá’ís, una persona alcanza la edad de la madurez a los 15 años, cuando ya se le exige cumplir con obligaciones espirituales y morales. Vistos desde esta perspectiva, los años inmediatamente anteriores adquieren un significado especial. Este es el período en que se comienzan a formular en la mente de un adolescente, que lucha por dejar los hábitos de la niñez, los conceptos fundamentales sobre la vida individual y colectiva. Los jóvenes de edades entre los 12 y 15 años tienen mucho que decir, y, al tratarlos como niños, se pierde la oportunidad de ayudarles a formar una identidad correcta. Las tres unidades que conforman el Libro 5 se enfocan en algunos de los conceptos, destrezas, cualidades y actitudes que la experiencia ha mostrado ser esenciales en quienes deseen implementar un programa para el empoderamiento espiritual de los prejóvenes.

Personas de todas las procedencias son bienvenidas a explorar las enseñanzas de Bahá’u’lláh y aprender cómo pueden ponerlas en práctica para mejorar sus vidas. Así, todos los bahá’ís comparten libre e incondicionalmente las enseñanzas y los preceptos de su Fe. Aunque la propagación del mensaje de Bahá’u’lláh es uno de los servicios más esenciales que alguien puede brindar, la enseñanza es también la expresión natural de una condición del ser, una condición en la que la persona se siente movida a compartir con otros el conocimiento y la alegría que encuentra en Su Revelación. Este concepto se explora en la primera unidad del Libro 6: «La naturaleza espiritual de la enseñanza». La unidad parte de la premisa de que «ser» y «hacer» son aspectos inseparables de una vida espiritual. La segunda y la tercera unidad, «Cualidades y actitudes esenciales para la enseñanza» y «El acto de enseñar», profundizan en esta premisa. En la segunda unidad se examina de qué manera el estado interior contribuye a los esfuerzos en el ámbito del servicio y se ve reforzado por ellos, mientras que la tercera se centra en cómo debe abordarse el acto de enseñar. De particular importancia es el ejemplo que se ofrece en la tercera unidad, por medio de la historia de Ana y Emilia, de cómo introducir la Fe a alguien que conoce poco de ella.

El Libro 7 está dedicado a un acto de servicio crucial para el proceso de construcción de capacidad previsto en los materiales del Instituto Ruhí, a saber, ayudar a un grupo de personas a estudiar su secuencia principal de cursos. Que las personas se acompañen unas a otras en un sendero de servicio a sus comunidades es fundamental para este proceso de construcción de capacidad. La primera unidad del libro explora la dinámica espiritual de avanzar en el sendero trazado por los cursos y genera conciencia sobre algunas de las fuerzas que operan. La segunda unidad, «Servir como tutor de los cursos de instituto», examina aquellos conceptos, actitudes, cualidades y habilidades que permiten a un individuo llevar a cabo este acto de servicio, generalmente reuniendo a ocho o diez amigos en lo que se denomina un «círculo de estudio». La tercera unidad, «La promoción de las artes en las bases», está diseñada para despertar un aprecio por papel que los esfuerzos artísticos pueden desempeñar en la mejora del proceso educativo fomentado por los cursos y en el fortalecimiento de los modelos de vida comunitaria a los que este proceso da lugar.